jueves, 6 de febrero de 2014

Villa Clara fracasó, Cuba sigue siendo solución

El regreso de un representante cubano a la Serie del Caribe definitvamente no dio los resultados esperados...en esta oportunidad.

La tropa de Villa Clara perdió tres de sus cuatro encuentros del torneo caribeño y quedó eliminada del mismo, siendo la única escuadra de las cinco participantes en perderse las semifinales que ofrece este nuevo formato.

Sí, la cita anual pareció quedarle grande a los antillanos esta vez. ¿Seguirá siendo así? No estaría tan seguro.

La pelota cubana sigue siendo la pelota cubana. Allí hay talento de sobra y un legado que hay que respetar.

Afirmar que el beisbol isleño ha decaído y no está ni cerca del nivel mostrado en los circuitos de Venezuela, México, República Dominicana y Puerto Rico sería apresurarse, al menos si el único argumento que sostiene dicha afirmación es lo vivido en Margarita en estos últimos días. Decir que los representantes cubanos regresaron al torneo únicamente para ser víctimas es descabellado y señalar que la Confederación fracasó en su intento de revivir la Serie invitándolos, más aún.

Argumentar que el nivel amateur de Cuba ha quedado reflejado en su pobre desempeño en este campeonato es ignorar, inexplicablemente, que la delegación de ese país ha dicho presente en la segunda ronda del Clásico Mundial de Beisbol en cada una de sus tres ediciones. Algo que ni Venezuela ni Dominicana pueden decir.

Ese beisbol que jugaron en el máximo torneo de países en la actualidad también es amateur, ¿no? El beisbol con el que le ganaron a los quisqueyanos, criollos y boricuas para asegurar su cupo en la final de la primera edición del evento era amateur, ¿o me equivoco? El que los llevó a vapulear a los aztecas 16-4 en la edición 2009 también, ¿no es así? Igual con el mostrado el año pasado, cuando terminaron invictos en un grupo que también contaba con el bicampeón Japón.

El siguiente argumento puede ser que este no es el mismo equipo cubano que estuvo presente en las primeras tres ediciones del Clásico, pero la realidad es que si algún equipo trae una escuadra comparable a la del pasado mes de marzo de 2013 es justamente el antillano.

Freddy Álvarez, Diosdany Castillo, Ismel Jiménez, José Fernández, Yulieski Gourriel y Alfredo Despaigne formaron parte del róster isleño que participó en la más reciente edición del WBC, así como también del que retornó con muchas expectativas a la Serie del Caribe este mes. De no haber firmado un pacto multimillonario con los Chicago White Sox el pasado octubre, quizás también nos hubiésemos dado banquete con el poder de José Dariel Abreu en la "Perla del Caribe".

Vicyohandri Odelin tuvo la mejor salida de pitcher alguno en la primera ronda / EFE
 Asegurar que la Serie Nacional, circuito local de Cuba, está lejos del nivel mostrado en los otros cuatro países que conforman el campeonato caribeño es omitir, como si nada, que esa liga sirvió de escuela para Yoenis Céspedes, Yasiel Puig, Aroldis Chapman y Alexander Guerrero, además de un Abreu que recibió 68 millones de dólares por parte de los patiblancos a finales del año pasado, entre muchos otros.

De mantenerse el cupo para un representante antillano en la Serie del Caribe de ahora en adelante, y por el bien del torneo ojalá que así sea, dicho combinado asistente puede fijarse en esta pálida versión de Villa Clara para mejorar y llegar con mucha más fuerza para la edición 2015 en Puerto Rico. Modificaciones que pueden ir desde entender que llevar solo 11 lanzadores a la cita mientras otros conjuntos como Venezuela y Dominicana cuentan con hasta 15 y 17 en sus respectivos rósters, no es lo más viable, hasta retoques a una dinámica de juego que aún siendo parte de la llamada "pelota Caribe", es distinta a la practicada en las otras naciones participantes.

Dejando a un lado su desempeño en el campo, el regreso de Cuba al torneo dio los frutos esperados, y así lo deja saber la asistencia de público al Stadium Nueva Esparta y el interés general de aficionados y peloteros por una competición que era vista de reojo hasta el año pasado.

Cualquier equipo puede caerse en un lapso tan corto y si no pregúntenle a la todopoderosa selección venezolana que sorpresivamente se quedó en primera ronda en el Hiram Bithorn en el Clásico de 2013, enseñándonos una lección de que en este deporte en particular, dos y tres juegos no definien quién es mejor que quién.

Un Hiram Bithorn que tambien podría servir de salón en febrero del año próximo para repetir dicha lección a quienes hoy dudan del beisbol antillano.