jueves, 14 de enero de 2016

La Guaira está en riesgo y Odubel también

El calor de la postemporada puede hacer que muchas cosas ajenas, y no tan ajenas, a la misma pasen por debajo de la mesa. Qué el caso de Odubel Herrera no sea una de ellas.

Sí, la decisión del jardinero pone en cierto nivel de peligro la gran temporada que han tenido los Tiburones de La Guaira. Desde su llegada el pasado mes de diciembre, Herrera se estableció como el jardinero central y tercer bate en el orden de Buddy Bailey día tras día. Es imposible que la ausencia repentina de una pieza así no tenga un impacto en la cotidianidad de un equipo. Entonces, echas un ojo a la lista de posibles jugadores, ni siquiera exclusivamente de su posición, disponibles para reforzar y te das cuenta que es corta, para lo que representa una semifinal, quizás inexistente. Sí, la temporada de La Guaira está en peligro, nadie lo pone en duda.

Pero es allí cuando es importante profundizar en el asunto o cuando menos intentar hacerlo. Nunca estuve ni cerca de jugar beisbol profesional, así que no puedo ofrecer una óptica por ese lado. No estudié psicología, así que por allí tampoco van los tiros. Pero sí estuve día tras día en cada entrenamiento de los Tiburones en el parque Universitario esta temporada. Odubel llegó tarde cuando menos a dos. Quizás la cifra no es alarmante, pero sí es importante destacarla cuando entras en razón de que el tiempo de juego de Herrera no fue tan prolongado como el de la gran mayoría, la que estuvo allí sin falta a la hora requerida. Entonces, en medio de una semifinal que bien podría servir de camino para romper una sequía de 30 años sin título para Tiburones, ese mismo pelotero decide marcharse, con todo su derecho de hacerlo y se debe respetar, como bien dijo el gerente deportivo Jorge Velandia. ¿El problema ahora? Días antes se realizó un draft para que los equipos reforzaran sus debilidades rumbo a la semifinal y a Herrera se le pidió avisar con tiempo si participaría o no en la instancia para planificar bien la estrategia rumbo al sorteo. Junior Guerra llamó para avisar. Odubel no.

No hay nada que discutir en cuanto a su desempeño en el terreno. Me consta que Herrera corrió cada batazo al conectarlo, que hizo todo lo posible por jugar un jardín central sólido, aun cuando no es una de sus grandes cualidades. Odubel es un pelotero con gran potencial, que nuevamente demostró que esta liga, a sus 24 años, le queda pequeña. Pero justo allí está el detalle, en su juventud. La fama llegó temprano para este muchacho, que dejó en necesidad a Tiburones, pero aún más a su carrera.