jueves, 10 de septiembre de 2015

Hora de un nuevo cambio en Oakland y todo empieza con Sonny Gray

Un solo hombre no hace montaña, pero vaya que puede agrupar las piezas para intentarlo.

Leer la palabra "cambio" junto al nombre de Sonny Gray en el titular puede levantar muchas miradas de alarma entre los aficionados de los Atléticos, pero este artículo tiene como objetivo proponer todo lo contrario. De hecho, la fórmula de este cambio exige al derecho con el uniforme verde y amarillo.

Luego de otro proceso drástico en la pasada temporada muerta, misma en la que el gerente general Billy Beane decidió canjear a varias de las figuras principales del equipo en los tres años previos de postemporada, como lo fueron Josh Donaldson, Brandon Moss y Derek Norris, 2015 trajo consigo recuerdos poco gratos para los californianos, unos que involucraban las oscuridades de la división Oeste de la Liga Americana.

A lo largo de los años, y basándose en gran parte en su esperanza de armar un equipo competitivo para cuando el mismo consiga un nuevo estadio, Beane ha sostenido que es complicado construir a un jugador franquicia dentro de su organización. 

La pregunta que hoy muchos nos hacemos es: ¿por qué exactamente?

En esta nota nadie pretende cambiar la filosofía de trabajo de Beane y su gente. De hecho, a pesar de ser ampliamente reconocido por aplicar aquel sistema llamado "Moneyball", no está de más recordar que el mismo nunca habría surgido, cuando menos no a tal magnitud, si el ejecutivo trabajara para una organización con mejores ingresos económicos.

En pocas palabras, "Moneyball" fue una medida que Beane se vio prácticamente obligado a tomar para mantener su trabajo. "Hacer mucho con poco" era una filosofía necesaria para una novena de bajo presupuesto y lo sigue siendo.

Pero, ¿la creación de un jugador franquicia realmente altera dicha filosofía?

Ahí es donde entra la palabra "cambio" y ahí es donde entra Sonny Gray.

Gray se ha convertido en uno de los mejores lanzadores del beisbol / USA TODAY SPORTS
No, un jugador franquicia no es garantía de éxito. En el beisbol y en la vida, nada lo es. Pero contar con una figura emblemática dentro del conjunto, un personaje al que los nuevos jugadores puedan acudir ante cualquier inquietud, alguien con quien la fanaticada pueda identificarse año tras año, ese pelotero al que el mismo mánager pueda llamar a reunión para solicitar su opinión antes de tomar alguna decisión relevante, un líder que despliegue orden y respeto con simplemente entrar al clubhouse, solo puede acercar más a un equipo a la meta.

Difícilmente sea coincidencia que los últimos conjuntos campeones mundiales han tenido entre sus filas a ese jugador diferente, esa figura cuyo nombre destaca sobre el resto. Buster Posey con los Gigantes, David Ortiz con los Medias Rojas, Yadier Molina con los Cardenales, Derek Jeter con los Yankees y Jimmy Rollins con los Phillies, todos comandaron el desempeño de sus respectivas novenas rumbo al preciado anillo.

Posiblemente lo más cercano que han tenido los A's a tal jugador durante la era de Beane como gerente general fue Eric Chávez, quien defendió la tercera base del conjunto constantemente desde 1999 y hasta 2006, período en el que Oakland consiguió avanzar a la postemporada en cinco oportunidades.

De acuerdo, construir a un eventual jugador franquicia no es tarea sencilla, pero ese es un paso que los Atléticos ya tienen bien avanzado.

Desde su llegada a las mayores a mediados de la campaña 2013, Gray ha dado señales de ser el hombre indicado para la asignación. Ese mismo año, con apenas 64 entradas de labor en el máximo escenario dentro de su currículum, el diestro se enfrascó en un par de batallas con el estelar de los Tigres, Justin Verlander, en la Serie Divisional, duelos en los que dejó a su divisa en posición de ganar.

Entonces, en su primera zafra completa en las Grandes Ligas el año pasado, Gray ratificó ser el nuevo astro del pitcheo californiano, al recibir con 24 años de edad su primera asignación de Día Inaugural, registrar un balance de 14-10 con una efectividad de 3.08 en sus 33 aperturas y cerrar su actuación en dicha temporada con un blanqueo de nueve entradas ante los Rangers en el último día de la ronda regular.

Este año, Sonny únicamente ha argumentado más su caso, al contar con récord de 13-7 y una efectividad de 2.28 que al momento de redactar esta nota era la más baja de toda la liga, colocando al oriundo de Nashville como uno de los principales candidatos a llevarse el premio Cy Young del joven circuito.

Sonny es el hombre.

La espera por el equipo competitivo con el que Beane desea contar cuando la novena finalmente pueda mudarse a un nuevo estadio es entendible, pero la constante renovación de jugadores a costa de cada pieza de renombre que surge dentro de la misma no tanto.

Los Rays atraviesan por el mismo problema que los Atléticos. La divisa tiene deseos de mudarse y está a la espera de que la oficina de las Grandes Ligas y el comité evaluativo con el que cuenta la misma finalmente consiga el visto bueno para iniciar el proceso y coopere con el mismo. Tampa Bay, al igual que Oakland, es un conjunto con poco presupuesto y con una baja asistencia de público a su recinto cada temporada, pero eso no impidió que el alto mando del conjunto firmara a Evan Longoria a un contraro multimillonario que bien podría mantener al antesalista entre sus filas hasta la temporada de 2023.

Si los Rays consiguen mudarse en los próximos años, su directiva quiso asegurarse de que su jugador emblema estuviera presente para ese nuevo inicio. La reconstrucción de Tampa Bay como equipo no se ha detenido, simplemente se realiza alrededor de Longoria.

Ambos conjuntos necesitan mudarse, porque sus respectivos estadios ya no están a la altura del escenario ligamayorista y eso no ayuda a traer gente a los recintos; sin embargo, mientras el problema se soluciona, los aficionados de los Rays saben qué jersey comprar en la tienda rumbo a cada temporada, saben qué jugador estará allí con seguridad al inicio y final de cada campaña, saben quién los representa.

Comprar una jersey de los Atléticos con nombre y número en el dorsal ha probado ser una pérdida de tiempo para los aficionados del equipo en los últimos años y si no pregunténselo a los cientos que aún deben tener en su armario piezas de Gio González, Yoenis Céspedes y/o Donaldson.

Gray es todo lo que un jugador franquicia debe ser y es por ello que el telefóno de Beane no parará de sonar con otros gerentes generales preguntando por la disponibilidad del diestro durante la venidera temporada muerta. Es entonces cuando Beane debe hacer el cambio y estampar la etiqueta de "intocable" en la frente del lanzador, no como una medida para aumentar su valor en el mercado, sino como una medida para ayudar a su equipo a futuro.

El deseo de mudarse de estadio debe permanecer dentro de los Atléticos, pero también Sonny Gray.

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