jueves, 12 de mayo de 2016

"Thor" y "Big Sexy" ratifican que la Liga Nacional está bien como está

Si los Azulejos de Toronto no hubiesen cambiado a Noah Syndergaard a los Mets de Nueva York en diciembre de 2012, uno de los grandes momentos de la presente campaña jamás habría ocurrido.

Si Bartolo Colón siguiera en Oakland, serían dos los acontecimientos evaporados.

Y si la Liga Nacional adoptara la regla del bateador designado, tal como muchos han propuesto y continúan proponiendo, el mundo del beisbol tendría que privarse de momentos únicos para siempre.

El pasado sábado 7 de mayo, Colón ganó su tercer juego de la presente campaña gracias a su cuarta apertura de calidad en el año y segunda de forma consecutiva; sin embargo, al final de dicho duelo ante los Padres de San Diego, absolutamente nadie estaba hablando de su trabajo en la loma. El quisqueyano lanzó 62 de sus 86 pitcheos en strike y dejó su efectividad en 2.82 tras dicha salida, pero nadie hablaba de eso, no era lo más llamativo.

En el segundo inning, Colón hizo uno de sus muy característicos y poco ortodoxos swings ante el tercer pitcheo que vio por parte de James Shields. La bola viajó lejos, mucho más de lo que cualquiera de los presentes pudo imaginar. Por primera vez en la carrera de Bartolo, el final del recorrido para una de sus conexiones no fue un guante, tampoco la tierra o grama. La bola terminó en los bleachers del Petco Park, entre varios aficionados.

Fue un jonrón. El jonrón.

El año pasado Colón tuvo cuatro empujadas, su tope en una campaña / AP
 La conexión de largometraje del robusto Colón fue la primera en su carrera en las Grandes Ligas y lo convirtió en el jugador de mayor edad (42 años y 349 días en ese momento) en la historia en conectar su primer bambinazo.

A raíz del cuadrangular hubo una explosión en las redes sociales. Comentarios, fotos, videos, memes. Bartolo Colón estaba por todo el internet, y con él, el beisbol, que cuando menos por algunas horas, regresó al pedestal que muchos dicen ha perdido.

Entonces, cuatro días después, cuando la imagen de Colón corriendo las bases todavía era común en los diversos timelines de Twitter, Syndergaard le dio otro zarpazo a la propuesta que le quita el bate de las manos a los lanzadores del viejo circuito.

El rubio de los neoyorquinos se fue dos veces para la calle en el Dodger Stadium y se convirtió en el primer serpentinero con más de un cuandragular en un mismo encuentro en nueve años. Ese día Syndergaard lanzó ocho innings de dos carreras y terminó con cuatro fletadas a su nombre.

Noah Syndergaard 4 - Dodgers 3.

No es tan descabellado decirlo.

Una vez más, el tema en las redes sociales eran los batazos de los lanzadores de los Mets. Porque nadie se había olvidado aún de Bartolo, ni siquiera el mismo Syndergaard.

"Esta noche fue el resultado directo de Bartolo inspirándome a ser un hombre mejor #SuTroteFueMejor"

Había sarcasmo en el escrito de Syndergaard, aunque nadie puede asegurar que tampoco exista algo de verdad. En fin, lo importante es que el beisbol volvió a ser importante, cuando menos en el internet.

En los últimos siete juegos de los metropolitanos tras ese desafío multijonrón de Noah, los lanzadores del equipo registraron un promedio de .333 (15-6) con dos dobles, tres vuelacercas, cuatro anotadas y otras siete remolcadas. 

Nada mal para unos bates de periódico mojado, que fue como Max Scherzer calificó el año pasado a los lanzadores bateando.

Los Mets ratificaron lo que Madison Bumgarner ha intentado demostrar por un buen tiempo: la Liga Nacional está bien como está, sin bateador designado.

Sí, entrar en el cajón de bateo aumenta el riesgo de que los pitchers puedan lesionarse, pero lo curioso es que usualmente ese argumento viene de la misma gente que asegura que están dañando el beisbol, haciéndolo más "suave", con las reglas de las colisiones en el plato y del deslizamiento en segunda. Desde mi punto de vista, esto sería más leña para esa fogata.

Los pitchers no son el out que regala la liga, cuando menos no siempre. El mejor lanzador del beisbol, Clayton Kershaw, bien puede dar fe de ello; después de todo, dos veces ha sido víctima de jonrones de Bumgarner, quien, por cierto, se convirtió en abril en el único jugador con más de un cuadrangular ante el zurdo de los Dodgers desde el comienzo de la campaña pasada. No lo pudo hacer Bryce Harper ni Andrew McCutchen, tampoco Paul Goldschmidt o Nolan Arenado. Lo hizo Bumgarner, un pitcher.

Más allá de los factores tradición y estrategia, la regla del bateador designado no debe llegar a la Liga Nacional porque nos privará de momentos como los que se vivieron en Petco Park y Dodger Stadium. Porque nos privará de otra forma de disfrutar este juego.

En cuestión de días, los Mets ratificaron que el beisbol no necesita más ofensiva, sino más momentos a lo "Big Sexy" y "Thor".

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