sábado, 26 de julio de 2014

"Ganar ahora" es la mentalidad correcta en el beisbol y no hay prospecto que pueda cambiarlo

"Para (Mike, propietario) Ilitch y los Tigers, lo más lejano en el futuro que les importa ver es octubre de 2014". Así culminó el periodista de FOX Sports, Jon Morosi, su reciente columna sobre porqué Detroit había tomado la decisión correcta al cambiar a dos de sus principales promesas sobre la lomita por el cerrador Joakim Soria.

Esa columna motivó a esta.

Morosi tiene razón. Ilitch y su gerente general Dave Dombrowski tienen razón. Billy Beane, Jerry Dipoto y Brian Sabean también la tuvieron.

En el beisbol se trata de ganar ya, no de recopilar prospectos que, con bastante frecuencia, terminan quedándose cortos ante las expectativas.

No todos los equipos tienen el privilegio de llegar a julio con opciones de ser compradores y para ellos, obviamente, la situación es distinta, pero justo porque en este deporte los afortunados suelen ser pocos cada temporada, cuando se puede alcanzar la pistola, hay que tirar del gatillo sin titubeos.

¡Hey! Fui yo el primero en pegar el grito al cielo cuando mis Athletics, a quienes he seguido con pasión y consistencia desde que tengo uso de razón, decidieron incluir en el paquete por Jeff Samardzija y Jason Hammel a su prospecto número uno, Addison Russell, el pasado 5 de julio.

Desde que fue seleccionado en la primera ronda del Draft de 2012 por el "Green and Gold", Russell generó unas ansias dentro de los aficionados del equipo por verlo debutar en la gran carpa como pocos picks han conseguido en los últimos años al menos. Quizás porque se trata de un defensor del campocorto, una de las posiciones más relevantes en el juego y donde los Athletics no han tenido un dueño absoluto que se siembre allí por años desde la partida de Miguel Tejada en 2003. Quizás porque no hubo un sólo experto que, públicamente, critcara de forma contundente algún aspecto del juego de Addison. Quizás porque desde que llegó al profesional, se nos prometió a la próxima gran figura de la organización.

Por el motivo que fuera, el punto es que cuando Beane lo mandó a Chicago, nadie estuvo de acuerdo. Al momento, no importa que el retorno fuesen dos de los mejores lanzadores de la Liga Nacional en la primera mitad, dos de los brazos más codiciados en el mercado de cambios esta temporada y dos piezas que convertían a la ya candidata a mejor rotación en el beisbol, en la indiscutible ganadora, pues "el precio fue muy alto".

Si esa fue la reacción que generó Beane, ¿qué puede quedar para un Dipoto que cambió a cuatro de sus futuras (y escazas en los Angels) figuras por un taponero en Huston Street? ¿Saben? Ese lanzador que viene a buscar los últimos tres outs de cada juego, el mismo que rara vez trabaja más de 5 innings en una semana.

Street llegó para encabezar un titubeante cuerpo de relevistas en Anaheim / AP
 Pero mientras los bullpens de los Mariners y los Athletics, actuales rivales de Los Ángeles por el cetro de la división Oeste del nuevo circuito, tienen el 1-2 en cuanto a las efectividades más bajas de la liga, los brazos relevistas de los Angels no están, hasta la fecha, ni entre los primeros ocho. Dipoto sabía lo que tenía que mejorar para no desvanecerse en plena carrera y luchar hasta el final por su primer banderín divisional en cinco años. Lo hizo y nadie puede criticarlo.

¿Por qué? Porque quizás ya no tenga trabajo para cuando alguno entre R.J. Álvarez, Taylor Lindsey, Elliot Morris o José Rondón esté listo para debutar en las mayores. Mucho menos para cuando todos estén realmente preparados para contribuir en el máximo nivel, ahora con los Padres.

Los Angels no son un equipo en reconstrucción y no lo han sido en ningún momento de su sequía de cinco años sin postemporada. Dipoto, en su cargo desde finales de 2011, y el propietario Arte Moreno han surtido al conjunto con piezas de la talla de Albert Pujols, C.J. Wilson y Josh Hamilton en los últimos años, con el objetivo de ganar y hacerlo ya.

Pero Dipoto no ha podido ensamblar el equipo necesario para ganar y de hecho, los "Halos" han sido una de las decepciones más grandes en todo el beisbol en el último par de años. Un gerente general de un equipo supuesto a pelear, no puede darse esos lujos.

La historia de los Angels en 2014 ha sido distinta y la divisa está jugando a lo que se esperaba de ellos en la temporada muerta. ¿Culpar a Dipoto por surtir de más combustible a un vehículo que aún tiene bastante camino por recorrer? No es lógico.

Mientras me preparaba para redactar este artículo, Sabean quiso unirse al grupo. El ejecutivo de los Giants envió a su segundo mejor prospecto según MLB.com, el zurdo Edwin Escobar, y al derecho Heath Hembree (11) a los Red Sox por el veterano abridor Jake Peavy.

Se trata de ganar ahora y es lo correcto.

El mundo del beisbol gira drásticamente con mucha frecuencia y Boston es el ejemplo más reciente de ello. De últimos en el Este de la Americana en 2012, a un título de Serie Mundial el año pasado y de regreso al sótano en 2014.

¿Se arrepentirá Ben Cherington de haber cambiado a cuatro peloteros, incluyendo tres que no han debutado aún en las mayores y José Iglesias, en aquella transacción de tres equipos el 30 de julio pasado que les entregó a un Peavy que terminó reforzando la rotación campeona de la Serie Mundial? Yo realmente lo dudo.

En el beisbol, se suele decir que la razon por la que se les llama "prospectos", es jutamente porque no han probado nada todavía. Yo le agregaría: "y quizás nunca lo hagan".

Me tomó poco tiempo entender que Billy hizo lo correcto. Que en lugar de lamentar la salida de un pelotero con todas las herramientas para triunfar en el futuro, debería agradecerle por la llegada de dos lanzadores con las herramientas para seguir triunfando ahora.

¿Quién le dice a los fanáticos de los Cubs que Addison Russell no terminará siendo otra versión de Brett Wallace? ¿Quién le dice a los fanáticos de los Rangers que Jake Thompson no terminará siendo otro Kris Honel? ¿Quién le dice a los seguidores de los Padres que Taylor Lindsey no será un Billy Rowell cualquiera?

Los prospectos son sobrevalorados hoy en día. De nuevo, estoy de acuerdo con Morosi.

Y aún si Russell termina cumpliendo con todas sus expectativas e incluso superándolas, si es que de alguna forma es posible, ¿alguien en Oakland tendría derecho a quejarse si los Athletics traen su primer anillo de Serie Mundial desde hace 25 años de la mano de Samardzija y Hammel esta temporada?

¿Se darán golpes de pecho en Anaheim si Street saca los últimos tres outs del Clásico de Otoño? ¿ Lo harán en Detroit si Soria es quien lo consigue?

El beisbol es un juego muy complicado, donde las ventanas se cierran muy rápido. Si tienes la oportunidad de ganar hoy, asegúrate de jugarte hasta la última carta posible por conseguirlo, porque quizás el año que viene la historia sea otra.

Pregúntenle a Boston.

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