viernes, 12 de octubre de 2012

Dejando una huella imborrable, la mejor historia de 2012 llegó a su fin

Se necesitó dos veces del mejor lanzador de las Grandes Ligas, pero la mágica campaña de los Oakland Athletics finalmente culminó.

Forzados por un inspirado Justin Verlander en el decisivo quinto juego de la Serie Divisional ante los Tigers, los A's se vieron en la necesidad de despedirse de una temporada 2012, que simplemente fue mucho más divertida gracias a ellos.


Y la despedida no pudo ser mejor, pues ante la ovación de un repleto Coliseo de Oakland, los jugadores de la novena recibieron el adiós que merecían. El adiós a unos héroes.


Por segunda postemporada seguida, Detroit acabó con las aspiraciones de Oakland
Cuando se escribió el primer capítulo de esta historia, la mejor de 2012 y posiblemente una de las mejores de todos los tiempos, nunca se pensó que llegaría a ser tan popular.

No hay mejor forma de ejemplificar la temporada 2012 de los Ahletics, que como un libro que fue escrito para un número limitado de personas al comienzo y poco a poco se fue convirtiendo en el tema de conversación de toda una nación...y mucho más allá.


No sé si algún libro ha conseguido hacer eso en el pasado, pero la historia que escribieron Bob Melvin y sus muchachos en el terreno de juego, sí lo logró.


Dejando atrás lesiones, suspensiones, pronósticos y hasta equipos millonarios, los Athletics saltaron al terreno de juego el pasado jueves, a un paso de conseguir su primer cupo a la Serie de Campeonato de la Liga Americana en seis años.


Hablando de saltar, cuando Oakland lo hizo sobre el terreno del Tokyo Dome en Japón el pasado 28 de marzo para su primer juego de la campaña, la única batalla que se esperaba de ellos en octubre era por evitar el último lugar de la División Oeste con los Mariners.


Oakland le ganó la batalla a Seatlle, pero lo curioso fue que también se la ganó a los todopoderosos Anaheim Angels y Texas Rangers.


Para ser más claro, Yoenis Céspedes y Josh Reddick le cedieron el puesto en el sofá que estaba supuesto a ser para ellos en octubre a Albert Pujols y Josh Hamilton.


¿Todavía no? Bueno, digamos que mientras Melvin utilizaba un bolígrafo para escribir su lineup el jueves, Mike Scioscia y Ron Washington lo hacían para escribir su lista de compras para el supermercado.


¿Nada? Okey, sencillamente los Athletics estaban jugando encuentros de postemporada y los Angels y Rangers no.


Si bien es cierto Oakland se quedó corto nuevamente en las aspiraciones de todo equipo de llegar a la Serie Mundial, dichas aspiraciones vivieron una semana más que las de Anaheim y Texas.


Todo eso a pesar de que cuando se escuchó la voz de "Play Ball" por primera vez en 2012, Oakland contaba con una nómina de $52.873.000, mientras que la de los Rangers reflejaba $120.836.000 y la de los Angels $151.381.000.


¿La de los Mariners? $84.928.100.


Sé que este cuento de la segunda nómina más baja en las mayores ha sido contado más de una vez este año, pero hay razones para eso.


En un mundo en el que el dinero cada vez tiene más y más importancia, Billy Beane volvió a demostrar que para tener éxito, lo que en realidad necesitas es ganas de conseguirlo...bueno, y en el caso del beisbol, también un manager como Melvin.


Esto no se trata de quitarle mérito al grupo de jugadores que día a día consiguió los resultados para el equipo (y a los que hace un rato describí como "hérores"), sino por el contrario, se trata de darle a Melvin el crédito que también merece.


Comúnmente, el trabajo que realizan los dirigentes suele pasar por debajo de la mesa ante un tipo con 30 cuadrangulares o algún otro con 2.35 de efectividad. 


Una prueba clara de esto, es toda la atención que genera la pelea por el premio al Jugador Más Valioso o Cy Young de cada liga, marginando a uno con igual importancia como el del Manager del Año, que por cierto, con todo respeto para Buck Showalter, creo que tiene que ir a las manos de "BoMel".


Después de cuatro años y medio en los que hubo tensión y algunos problemas en el clubhouse del ex-mandamás Bob Geren, todo fue color de rosa en el de este año.


Melvin dejó a sus muchachos ser lo que son, muchachos y al mismo tiempo, sembró en ellos un espíritu ganador que claramente también hizo falta en el régimen de Geren, quien no consiguió darle a los aficionados de Oakland una temporada con récord sobre .500.


El Manager del Año en el viejo circuito en 2007, supo liderar una camada de novatos que, como el mismo lo señaló, se comportaron como veteranos todo el año.


Eso en el terreno de juego claro, porque en el clubhouse, el ambiente era el mismo que en una reunión de amigos de bachillerato, en la que en lugar de sonar reggaeton, sonaba el "Moving like Bernie".


Melvin también supo insertarle a ese grupo de novatos que actuaban como veteranos, algunos que sí lo eran de verdad, como Coco Crisp, Jonny Gomes, Seth Smith y compañía, quienes también probaron poder hacer el "Bernie Lean".


Con la filosofía de "un juego a la vez", los Athletics entendieron que no sirve de nada intentar visualizar dónde estarán posicionados al final de la temporada, el mes siguiente o incluso un día más tarde. Para ellos, lo importante era ganar ese día, tal como se los enseñó Melvin.


Apoyados en una carta de presentación que prácticamente ha sido histórica en su pitcheo, y un bateo oportuno y con poder, los Athletics encontraron la fórmula para ganar compromisos a pesar de tener uno de los peores promedios colectivos en todo el beisbol, implantar récord de ponches para un equipo de la Liga Americana en una misma temporada y estar ubicados en la que demostró ser la división más complicada y ganadora en las mayores este año.


Fueron líderes en batazos para dejar en el terreno al rival con 14 en la temporada regular
Este equipo estaba diseñado, por muchos, para perder 100 juegos en 2012.

En su lugar, se quedaron apenas a seis triunfos más de conseguir su primera temporada de 100 victorias desde 2002, el año más recordado de la novena en los últimos tiempos o el que al menos lo fue hasta el 11 de octubre de 2012.


Estos Athletics no ganaron 20 juegos consecutivos como sí lo hicieron los de 2002.


Estos Athletics no tendrán un ganador de Cy Young y un MVP como sí lo tuvieron los de 2002.


Estos Athletics posiblemente tampoco tendrán una película basada en ellos como sí la tuvieron los de 2002.


Pero si me preguntan, estos Athletics escribieron una historia mucho mejor que los de 2002.


¿Lo mejor? El guión de esta historia pudo haber terminado por este año, pero también promete tener páginas nuevas y muy interesantes para 2013.


Por ejemplo, un Yoenis Céspedes con menos problemas personales y ya completamente adaptado a su nueva vida en los Estados Unidos y el beisbol de las mayores.


Un Josh Reddick con su primera gran temporada en el bolsillo y listo para superarla.


Una rotación abridora ya con experiencia, mayor conocimiento de los bateadores contrarios y preparada para demostrar el 100% de sus habilidades.


Un Scott Sizemore y Dallas Braden que estarán de regreso y listos para colaborar.


Un Brett Anderson disponible para lanzar desde el comienzo de campaña.


En fin, mucho que esperar de un conjunto con tanto talento y que sencillamente, ya demostró que le gusta y puede ganar.


Mientras esperamos por esos Athletics de 2013, simplemente resta decirle a Melvin y a estos Athletics de 2012 una cosa: gracias por hacer de esta temporada, una que será difícil de olvidar.


  • Check it out: Luego de caer ante los Tigers en el quinto juego de la Serie Divisional, los jugadores de los Athletics se abrazan ante una fanaticada que no paró de corear "Let's go Oakland".

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